Obituary of Idolina Martinez

Idolina Pruneda Martinez "Nina" was born on July 27, 1958, in Yakima Washington to Santos and Esperanza Pruneda. Nina was the eldest of four children. She is preceded in death by her parents Santos and Esperanza, her brother Santos Jr. and Sister Garciela. She is survived by her brother Tomas, husband Gregorio, Children: Camila, Graciela, Idolina, (Jonathan), Joseph, and her niece and nephew who she considered her children Aneissa, and baby Tommy, Grandchildren: Esperanza, Felix, and Xavier Nina spent her childhood in Warden Washington. Dropping out of school at the age of 12, to help provide for her family. She continued working in the fields with her family until 1985, when she met the love of her life, Gregorio Martinez working in a sugar beet field. They worked together for many years until getting married on April 7, 1990. The couple soon welcomed their first child, Camila Martinez on September 12, 1991. Followed by their second daughter Graciela born July 27, 1993 and their surprise baby Idolina on January 16, 1997. Nina with her caring heart also raised her "Son" Joseph Pruneda. Joseph is the son of Nina's baby brother Tomas, but she raised him right along with her girls. Nina was a loving mother who raised her children with a strong faith in God. Nina was a devout member of her church and community. Around town, she was known as the tamale lady. Nina made the best tamales and she used that talent to help provide for her daughters then helped teach the ladies at the church. Idolina loved helping in any way she could. She was constantly helping with the youth group and was an active member of the church's prayer group. Nina was always just a call away, with prayers, advice, counseling as well as helping with the church's food booth at the fair. Any spare time she had she spent with her church family. On February 6, 2023 she gained her wings surrounded by her closest loved ones praising the lord with the songs she loved until her final breath. She was an extraordinary woman and will be greatly missed. Idolina Pruneda Martinez "Nina" nació el 27 de julio de 1958 en Yakima Washington a Santos y Esperanza Pruneda. Nina era la mayor de cuatro hijos. Le precedieron en la muerte sus padres Santos y Esperanza, su hermano Santos Jr. y su hermana Garciela. Le sobreviven su hermano Tomás, esposo Gregorio, Hijos: Camila, Graciela, Idolina, (Jonathan), Joseph, y los sobrinos que consideraba sus hijos Aneissa y el baby Tommy, nietos: Esperanza, Félix y Xavier Nina pasó su infancia en Warden Washington. Dejó la escuela a la edad de 12 años para ayudar a mantener a su familia. Siguió trabajando en el campo con su familia hasta 1985, cuando conoció al amor de su vida, Gregorio Martínez, donde trabajaban en un campo de betabel juntos. Trabajaron juntos durante muchos años hasta que se casaron el 7 de abril de 1990. La pareja pronto dio la bienvenida a su primera hija, Camila Martínez, el 12 de septiembre de 1991. Le siguió su segunda hija, Graciela, nacida el 27 de julio de 1993 y su bebé sorpresa, Idolina, el 16 de enero de 1997. Nina con su corazón cariñoso también crió a su "Hijo" Joseph Pruneda. Joseph es el hijo del hermano pequeño de Nina, Tomas, pero ella lo crió junto con sus hijas. Nina era una madre amorosa que crió a sus hijos con una gran fe en Dios. Nina era un miembro devoto de su iglesia y comunidad. Era conocida en el pueblo como la señora de los tamales. Nina hizo los mejores tamales y usó ese talento para ayudar a mantener a sus hijas y luego ayudó a enseñar a las señoras de la iglesia. A Idolina le encantaba ayudar en todo lo que podía. Estaba constantemente ayudando con el grupo de jóvenes y era un miembro activo del grupo de oración de la iglesia. Nina siempre estuvo a solo una llamada de distancia, con oraciones, consejos, consejería y ayudando con el puesto de comida de la iglesia en la feria. Cualquier tiempo libre que tenía lo pasaba con su familia de la iglesia. El 6 de febrero de 2023 ganó sus alas rodeada de sus seres más queridos alabando al señor con el canción que mas amó hasta su último suspiro. Era una mujer extraordinaria y la echaremos mucho de menos.